El 2 de Marzo de 2012 pudo resultar un día como otro para cualquiera; no obstante, para unos pocos pudo ser impredecible y especial. La palabra AMOR se nos quedó grabada, un nuevo hogar se comenzaba a forjar, y eso quería decir que Él tenía un mensaje para nosotros, era nuestro momento para coger aire y decidir que valemos para servir. Santa Cruz de Tenerife no iba a ser menos, y lo demostró con creces presentándonos a lo que llegará a ser un GRAN GRUPO DE JÓVENES MISIONERAS. ¿De qué sirve estar solo si puedes ayudar en conjunto por buenas causas? La invitación proponía ir y dejar huella, y podemos asegurar que hicimos mucho más que eso, iniciamos una chispa de esperanza.
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